INVESTIGACION

DROGADICCION EN COLOMBIA


DROGADICCION EN COLOMBIA



Actualmente la drogadicción en el mundo es un problema contemporáneo que afecta un 80 % de la población civil, en Colombia la drogadicción a alcanzado cifras muy altas las durante los últimos doce años se ha pasando de ser un productor a un consumidor de drogas. Los jóvenes que se encuentran 10-24 años, son la población mas alta en el consumo de estas sustancias que van desde la marihuana, heroína e incluso al consumo de fármacos. Esto a afectando a los jóvenes convirtiendo esto en un problema de salud publica.

En la mayoría de los casos los asaltos, asesinatos, la prostitución se llevan a cabo bajo el efecto de la droga esto hace que se eleven la delincuencia en el país, pero esto no solo se da por el consumo, Colombia durante los últimos 30 años ha estado sometida bajo el rigor del narcotráfico que ha sido el motor fundamental en el aumento del consumo de droga ya que debido a la constante del gobierno de cerrar y frenar la exportación de la droga a otros países estos narcotraficantes han buscado en el país la formula de vender la droga siendo esta una importante implicación en el consumo. En conclusión, el consumo de estas sustancias genera en nuestra sociedad un ambiente de violencia, corrupción y estrés, ya que siempre va a haber alguien quien quiere dominar y tomar las riendas de este “negocio”. Es muy preocupante la situación que se vive hoy en nuestro país y a la que se enfrentan todos los padres de familia ya que sus hijos están expuestos a este peligro.

Hemos visto tendencias que son preocupantes como la concentración de consumo en áreas urbanas, mientras que las ciudades intermedias han ganando terreno, donde el inició de consumo es a muy temprana edad, desde los doce años los niños estarían consumiendo. Entre este problema un panorama preocupante es que los consumidores colombianos ya no se están centrandos sólo en una droga, sino que hay una clara tendencia hacía el poli consumo, donde se combinan el consumo de varias drogas, sin discriminación. En donde el problema no es el precio, la calidad o el tipo de droga el fin es estar en constante consumo.

La drogadicción en Colombia, se ha convertido en un tema de salud pública durante los últimos tiempos, debido a la gran cantidad de personas que se han transformado en consumidoras de todo tipo de sustancias alucinógenas, provocando un claro aumento en las estadísticas relacionadas con la drogadicción en Colombia.

Principales causas de la drogadicción en Colombia:
Debido a la inmensa cantidad de productores presentes en Colombia y a las cada vez más rigurosas medidas para evitar que este tipo de sustancias salgan del país e incluso por tratados con otros países para evitar que la drogadicción en Colombia siga aumentando, las personas fabricantes de la droga han tenido que aumentar el ‘consumo interno ‘en Colombia, provocando que la drogadicción en Colombia llegue a niveles realmente impresionantes.


Por otro lado, es muy común ver en los colegios, universidades y demás centros de estudios a personas que se dedican a la distribución y venta de sustancias alucinógenas, uno de los más claros problemas que provocan un aumento de la drogadicción en Colombia, haciendo que los más jóvenes de Colombia se encuentren expuestos en todo momento a caer en este tipo de adicciones que nos ayudan a entender en realidad el verdadero alcance de la drogadicción en Colombia presente en la actualidad.

Además de lo anterior debemos tener en cuenta que la cultura de nuestro país se encuentra relacionada en todo momento con la drogadicción en Colombia, ya sea por: libros, historia, familiares, conocidos, telenovelas, etc. las cuales se basan en historias relacionadas con el narcotráfico y la drogadicción en Colombia por tal razón siempre nos encontramos rodeados de este tipo de temas, los cuales siempre tratan de llegar a los más chicos del país provocando un notable aumento del consumo de drogas en Colombia.

La legalización de las drogas siempre ha sido una solución a tener en cuenta, pero siempre van a resaltar todo tipo de conclusiones al respecto, ya que los más jóvenes se encontrarían expuestos a contraer esta adicción a una temprana edad haciendo que su salud empeore rápidamente, aunque si a esto lo miramos bajo el modelo impuesto por un país como Holanda la drogadicción en Colombia podría ser finalizada con un proceso tan complicado como lo es la legalización de las drogas, lamentablemente nuestra cultura no se asemeja mucho a la de este estado europeo, por lo cual este proceso sería demasiado complicado de lograr.



Por otro lado, un cambio en la cultura colombiana podría ser una solución mas a tener en cuenta, solo que este proceso podría llegar a tardar unos cuantos años si se analiza de buena manera por parte del Gobierno Colombiano, ya que para terminar con un mal que aqueja a nuestro sociedad como la drogadicción en Colombia se necesita comenzar a trabajar desde los colegios e institutos para niños pequeños y crear una mentalidad que siempre busque evitar la inclusión del pensamiento normal de la drogadicción en Colombia.




Lo cierto es que el supuesto potencial de la despenalización para terminar con el negocio de las mafias exigiría autorizar la venta legal de “drogas duras” como la cocaína y la heroína. Las grandes ganancias del crimen organizado están en la venta de este tipo de narcóticos. En consecuencia, si se plantea la legalización como la solución para arrebatar a las mafias los enormes beneficios que obtienen del mercado negro, la venta libre debería extenderse a sustancias con un potencial adictivo y un impacto sobre la salud extraordinariamente dañino.

En este contexto, el miedo a que la legalización haga más accesible la droga y provoque un incremento del número de adictos es una preocupación legítima. Los partidarios de la despenalización ignoran esta posibilidad con el argumento de que no existen precedentes de legalización, con lo que resulta imposible prever cómo se comportaría el consumo. Pero la decisión de EE.UU. de prohibir la cocaína en 1914 y la heroína años más tarde fue una medida de salud pública destinada a impedir que la adicción cobrase dimensiones de epidemia incontrolable. No hay razones para pensar que la legalización no conduzca de vuelta al punto de partida: drogas más accesibles que facilitan la multiplicación del número de adictos.

Por otra parte, la legalización no significaría la total desaparición del mercado negro de la droga. Los partidarios de acabar con la prohibición pasan por alto que incluso los esquemas más abiertos de liberalización de la venta de narcóticos implicarían algún tipo de restricción que automáticamente crearía un rentable negocio ilegal. La venta de narcóticos a menores necesariamente estaría vedada, lo cual crearía las condiciones para el mantenimiento de un negocio ilícito centrado en los jóvenes. Bajo tales circunstancias, se mantendrían grupos mafiosos que las autoridades tendrían que perseguir. El escenario no sería tan distinto de la prostitución, legal en los adultos, pero perseguida y lucrativa en los menores.

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